NEPAL 2019 (III)

Del 9 al 24 de Junio

PARTICIPANTES: Iris Marcelo, Pepa Penagos, Sanzeev Acharya y Quique Marcelo

CRÓNICA
(Parte III)

Día 19 de junio
Naturaleza y templos budistas en Lumbini


Prinia sencilla
(Prinia inornata terricolor)

Atardecer en Lumbini


Turdoide indio
(Argya caudata)

Nuevamente el despertador suena muy temprano esta mañana del día 19. Estamos ya casi en la recta final de este magnífico viaje por Nepal y no quiero desaprovechar ni un solo minuto del tiempo que me queda allí, por tanto, a las 5 de la mañana ya estoy en el restaurante tomando un café con Sanjib y listo para irnos a pajarear por las cercanías del Lumbini Buddha Garden.

El lugar elegido por Sanjib son unos campos de cultivo cercanos a nuestro alojamiento con un arroyo que lo recorre por uno de los flancos y que atrae a un buen número de especies.

Realmente el lugar es espectacular, de esos para quedarse todo el día dando vueltas, porque cuando no te aparece una especie, otra se te cruza en el camino.

Primeramente, vemos un Prinia cenicienta (Prinia socialis stewarti) y un Prinia sencilla (Prinia inornata terricolor), especie que se haría muy común a lo largo de la mañana. También podemos ver cerca del arroyo un nutrido grupo de Bengalí rojo (Amandava amandava) y más tarde descubrimos un Turdoide indio (Argya caudata) perchado en una rama, observación que me hace mucha ilusión, porque Sanjib me dice que aunque también lo vimos en India, no es un pájaro muy común y muchas veces no fácil de localizar.

A todas estas especies se suman Tarabilla pía (Saxicola caprata bicolor), Ibis verrugoso (Pseudibis papillosa), Drongo ventriblanco (Dicrurus caerulescens) y bastantes ejemplares de Picotenaza asiático (Anastomus oscitans) descansando en lo alto de un árbol, hasta que Sanjib me dice, "Quique, Quique, allí hay un grupo de Nilgai". El Nilgo (Boselaphus tragocamelus), tal y como es su nombre en castellano, es un cérvido de bastante envergadura que se distribuye por India y Nepal.

Acto seguido descubrimos dos preciosos ejemplares de Grulla sarus que con cautela y casi arrastrándonos por el suelo, nos logramos acercar bastante a ellas. La Grulla sarus (Antigone antigone) es una especie grandísima, llega a medir más de 170 cm de altura, estando considerada el ave más alta capaz de volar y en un amenazado estado de vulnerabilidad. Una joya que si no se cuida se terminará extinguiendo como otras tantas especies de aves les ha sucedido.


Tortuga de concha blanda moteada
(Lissemys punctata)

Templo Maya Devi,
donde nació Buda


Nilgo
(Boselaphus tragocamelus)

Antes de emprender el camino de vuelta para buscar a las chicas e ir al restaurante a desayunar, descubrimos una Bisbita oriental (Anthus rufulus waiteia) y una Alondra de Assam (Mirafra assamica).

Después de desayunar vamos a una zona emblemática de Lumbini, donde visitaremos los diferentes templos budistas que hay repartidos por un amplia área de la ciudad. En este lugar, muchos países del mundo tienen su propio templo dedicado a Buda. Lumbini es el centro neurálgico de peregrinación de todos los seguidores de esta religión, ya que aquí nació Siddharta Gautama, o lo que es lo mismo, Lord Budha.

Es curioso como muchos países han construido su templo en esta área, incluso países europeos como Alemania, Austria, Suiza o Francia por nombrar algunos. Le pregunté a Sanjib que donde estaba el templo budista de España, y me dijo que hablara con el presidente del gobierno de mi país para que se construyese, porque no había templo español, jeje. Fotos de aquella tarde de tour por Lumbini podéis ver si pincháis aquí.

Volvimos a comer al Buddha Garden y luego otra vez salimos hacia Lumbini a visitar el lugar concreto donde nació Buda, un sitio cerrado con una amplia zona ajardinada y con un humedal al lado, donde no perdí ocasión de a última hora ir a ver qué especies andaban por allí.

Entre las especies que pudimos ver, aunque era tarde y la luz era escasa, fueron Avetorillo negro (Ixobrychus flavicollis), un ejemplar que pasó volando por encima de nuestras cabezas a escasos metros de altura, además de Tántalo indio (Mycteria leucocephala), Marabú menor (Leptoptilos javanicus), Jacana colilarga (Hydrophasianus chirurgus), Suirirí de Java (Dendrocygna javanica), etc. Agotamos toda la luz que quedaba allí hasta que volvimos ya tarde al alojamiento para cenar e ir a la cama.


Grulla sarus
(Antigone antigone)

Cartel "Lumbini santuario de grullas"


Avetorillo negro
(Ixobrychus flavicollis)


Pagoda de la paz mundial (Lumbini)

Templo de Myanmar en Lumbini


Templo de Alemania en Lumbini



Día 20 de junio
Viaje a Pokhara


Meloncillo gris
(Herpestes edwardsii)

Habitaciones en el alojamiento
Lumbini Buddha Garden


Pico mahratta
(Leiopicus mahrattensis)

Día que prácticamente entero utilizamos para trasladarnos a Pokhara, antesala del Himalaya, lugar donde comienzan todas las expediciones de intrépidos montañeros que quieren llegar a los campos base, o alcanzar la cumbre del Annapurna, increíble montaña con 8.091 metros de altura.

A pesar de ser un día que vamos a emplear para viajar, Sanjib y un servidor aprovechamos las primeras luces del día levantándonos muy pronto, aunque después del café tuvimos que permanecer viendo como llovía a cantaros a través de las ventanas del salón donde servían los desayunos en el Buddha Garden, sin duda el tiempo estaba cambiando y Sanjib me lo decía, "ojalá aguante un poco más el monzón, porque como comience..., ya no para de llover en quince o veinte días". Sabíamos que viajar a Nepal en estas fechas tenía estos riesgos.

Aun así, y aunque no paraba de llover, salimos por los jardines del alojamiento y pudimos ver dos ejemplares de Meloncillo gris (Herpestes edwardsii), Drongo ventriblanco (Dicrurus caerulescens), Tejedor baya (Ploceus philippinus), una pareja de Pico mahratta (Leiopicus mahrattensis) muy afanados en conseguir comida en un tronco viejo y desgastado y una hembra de Oropéndola india (Oriolus kundoo) lejos en lo alto de un árbol.

Poco más que contar en este día ornitológicamente hablando, porque nada más levantarse las chicas, desayunaron mientras cargábamos las maletas en el coche y nos fuimos de viaje hacia Pokhara.

El viaje nos llevó 7 horas y llegamos allí sobre las 4 de la tarde. El atasco en la ciudad era de primera división, recordad que Pokhara es la segunda ciudad más grande de Nepal, después de Katmandú, por tanto, una vez que logramos llegar a nuestro hotel sólo tuvimos tiempo de descargar las maletas y descansar un rato hasta las 7 de la tarde, hora de la cena.


Drongo ventriblanco
(Dicrurus caerulescens)

Flor de nenúfar


Oropéndola india
(Oriolus kundoo)



Día 21 de junio
Alrededores de Pokhara y lago Phewa Tal


Turdoide nepalés
(Turdoides nipalensis)

Mirador del Annapurna


Prinia estriada
(Prinia crinigera)

Hoy hemos quedado con Sanjib a las 7 de la mañana. Sanjib duerme en un hotel cercano al nuestro. El desayuno fue a las 6:30, con lo cual, nada más terminar estábamos listos para emprender camino hacia uno de los montes que rodean la turística ciudad de Pokhara, aunque Sanjib nos ha dicho que en esta época del año hay menos turismo, ya que el grueso de turistas que llegan lo hacen principalmente para realizar trekking a los campos base del Annapurna y zonas aledañas y eso es entre los meses de marzo-mayo y octubre-noviembre.

Para mi gusto hoy hemos salido algo tarde, aquí amanece muy pronto, sobre las 5 de la mañana, pero es lógico, yo soy un loco que me da lo mismo y madrugo lo que sea con tal de ir a pajarear, pero las chicas ya llevan mucha tralla y necesitaban descansar un poco más.

Hoy el día está algo más claro y mirando hacia el norte se puede ver el Macha Puchre (6993 m.), una increíble montaña sagrada para los nepalíes que nunca nadie ha logrado escalar hasta su cima, imagino que por su forma cónica de difícil acceso a las zonas más altas.

El objetivo principal de esta salida mañanera es intentar localizar una lindeza nepalí, un endemismo difícil de observar que habita en mitad de las laderas de las montañas de media altura de Pokhara, el Turdoide nepalés (Turdoides nipalensis). Para ello, Sanjib ha quedado con una chica guía local y buena conocedora de las aves de la zona, su nombre es Samjhana Karki.

No tardamos en localizar un ejemplar, que más tarde fue seguido por otros dos, pero son un poco tímidos y no se dejan ver con claridad entre las hojas de los árboles que se refugian, aunque con paciencia he logrado hacerles alguna foto en algún despiste que han tenido.

Otras especies que hemos logrado ver en esta salida mañanera han sido Capuchino culiblanco (Lonchura striata acuticauda), Vencejo oriental (Apus nipalensis), Buitre dorsiblanco bengalí (Gyps bengalensis), Prinia estriada (Prinia crinigera) y Alcaudón schach (Lanius schach), entre otros.


Milano negro
(Milvus migrans)

Macha Puchre (6993 m.)


Vencejo oriental
(Apus nipalensis)


Phewa Tal lake (Pokhara)


Capuchino culiblanco
(Lonchura striata acuticauda)


Cerca de allí visitamos una pagoda budista donde paramos para tomar alguna foto, pero el calor ya es asfixiante e insoportable, de hecho la actividad pajaril ha descendido muchísimo, con lo cual, decidimos volver al hotel.

Después de comer quedamos con Sanjib sobre las 15:30 y lo primero que hacemos es parar en un pequeño y reducido jardín en mitad de la ciudad donde hay una colonia de cría de Garcilla bueyera (Bubulcus ibis coromandus) con la mayoría de los ejemplares en un magnífico plumaje nupcial, además la subespecie coromandus de esta garcilla bueyera que habita en esta parte del planeta es realmente bonita. Allí pasamos un buen rato tomando fotos de varios ejemplares.

Más tarde nos dirigimos al lago Phewa Tal donde cogimos un bote para cruzar al otro lado. Al desembarcar veo que es una tupida selva donde vamos a ir a buscar otra especie de Pita diferente a las que pudimos ver en Chitwan, la Pita nuquiazul (Pitta nipalensis), y que tristemente no pudimos llegar a observar porque un ejercito de sanguijuelas sin escrúpulos nos deboraron literalmente en aquella zona al otro lado de la ciudad.

Salimos de allí pitando, andando rápidamente por una zona sin senderos, algo escarpada y con la hierba por las rodillas que te impedía ver el suelo, aunque Sanjib me dejó mucho más tranquilo cuando me dijo en plena locura por el momento tan desagradable en el que estábamos inmersos, "pues esta es una muy buena zona para que aparezca una Cobra real (Ophiophagus hannah), aquí es muy abundante. Puff, vaya momento, eso ni se me ocurre decírselo a las chicas.

Llegamos al otro lado de aquella selva con un bagage de 12 sanguijuelas enganchadas a mis piernas y ya gordas, gordas, gordísimas de la sangre que me habían chupado. A las chicas también se las habían enganchado otras tantas, aunque ya estábamos más tranquilos por haber llegado a nuestro destino, donde nos esperaba Lamsal con el coche. Allí descansamos un rato y este momento nos dio para ver alguna especie interesante como Trepador piquirrojo (Sitta frontalis), Trepador ventricastaño (Sitta cinnamoventris almorae), Suimanga siparaja (Aethopyga siparaja seheriae), etc.

Ya con la noche encima, volvimos al hotel para ducharnos, descargar las fotos del día e ir a cenar.


Iris y Pepa en un puente en Pokhara

Pagoda en Pokhara


Suimanga siparaja
(Aethopyga siparaja seheriae)



Día 22, 23 y 24 de junio
Mirador de Sarangkot (Pokhara), compras en Katmandú y vuelta a Madrid


Pokhara


Tarabilla común
(Saxicola torquatus indicus)

Pagoda vista desde el mirador de Sarangkot

Golondrina dáurica
(Cecropis daurica nipalensis)

Un madrugón de los buenos hemos tenido hoy, el despertador ha sonado a las 4:30 y a las 5, después de un rápido breakfast, ya estábamos en el coche en busca del punto más alto de Pokhara, el mirador de Sarangkot, que se encuentra enfrente del Annapurna. aunque la cosa pintaba bastante mal, llevaba dos días lloviendo intermitentemente, en alguna ocasión con bastante fuerza y era obvio que el monzón ya había entrado, pero aunque estaba bastante nublado no íbamos a dejar pasar la oportunidad de subir a ese mirador e intentar fotografiar la cordillera del Himalaya y el alucinante Annapurna.

Subimos en coche hasta un aparcamiento y luego una caminata de 40 minutos por un camino bastante empinado hasta alcanzar el mirador. En esa ascensión logré ver Alcaudón schach (Lanius schach), Tarabilla común (Saxicola torquatus indicus), Gorrión molinero (Passer montanus obscuratus) y otro Turdoide nepalés (Turdoides nipalensis) disputando el territorio con un Drongo real (Dicrurus macrocercus).

Al llegar arriba todo el panorama seguía muy nublado y lloviendo, y eso hacía imposible tener una buena visión de lo que habíamos ido a ver, aunque aprovechamos un momento que alzaron las nubes para tomar unas cuantas fotografías a las montañas. En ellas podemos ver parte del Annapurna y del Macha Puchre, las dos montañas más atractivas, aunque sus cumbres siguen sin dejarse ver con claridad, una pena.

Regresamos al hotel sobre las 8 de la mañana y después de desayunar volvemos a la carga, primeramente paramos en el centro de la ciudad para recoger a Samjhana Karki, la chica que nos acompañó el día anterior y minutos más tarde recogemos a Mann Shant, fundador de la Bird society of Pokhara, ambos amigos de Sanjib.

Iremos a buscar una de las especies de buitre que habita en Asia y que está muy amenazada y en grave peligro de extinción, se trata del Buitre picofino (Gyps tenuirostris). Mann conoce un nido en las afueras de la ciudad con un pollo ya bastante crecido.

Antes de llegar chequeamos un río para buscar Martín gigante asiático (Megaceryle lugubris), un enorme pájaro que finalmente no pudimos ver, aunque sí que lo pude observar en India el pasado mes de marzo.

Más tarde, hacemos una nueva parada donde Mann nos señala un árbol, no muy lejano, a media ladera de un pequeño monte donde en una de las ramas hay un gran nido y sobre él, un pollo bastante grande de Buitre picofino (Gyps tenuirostris). los dos adultos se encuentran al lado del nido aguantando el gran chaparrón que está cayendo, a ellos, y a nosotros también. Es un gran triunfo haber podido ver a esta amenazada especie el último día de nuestro tour pajarero en Nepal.


La cordillera del Himalaya al fondo

Cerveza Everest


Con las colinas
del pre-himalaya al fondo

Con los deberes hechos, regresamos al hotel porque llueve muchísimo y volvemos a quedar con Sanjib a las 15:30 con la intención de aprovechar a tope nuestro último día en Pokhara.

Cuando viene Sanjib sigue lloviendo a cantaros, sin parar ni un instante, con lo cual, las chicas no quieren salir porque ya tuvieron bastante el día anterior con las sanguijuelas y no quieren repetir aquel mal trago, pero yo agarro mi mochila y le digo a Sanjib, "Come on Sanjib".

Es así de sencillo, mientras no llueve las sanguijuelas no salen, pero en cuanto caen las primeras gotas del monzón emergen en cantidades industriales y realmente es una cuestión para pensársela, pero me resisto a quedarme en el hotel toda la tarde en mi último día allí, aunque si me lo hubiera ahorrado hubiera sido mucho mejor, porque fuimos a una zona donde se puede ver Eurilaimo lorito (Psarisomus dalhousiae), un pájaro muy colorido de tamaño medio, pero además de no verlo, llegamos empapados de nuevo al hotel y aunque en menos cantidad que el día anterior, también hicieron acto de presencia las dichosas sanguijuelas, aun así, vimos Papamoscas cabecigrís (Culicicapa ceylonensis calochrysea), Golondrina dáurica (Cecropis daurica), Bulbul cafre (Pycnonotus cafer humayuni), etc.

Nos volvimos rápidamente al hotel después de un corto paseo, realmente era imposible pajarear en esas condiciones, con lo cual, a las 17:30 estábamos de vuelta, justo para una ducha, descansar un rato, tomar una cerveza Everest, que por cierto estaba muy buena, cenar y a la cama.

Para el día siguiente, día 23, habíamos hablado con Sanjib que si el tiempo nos daba un respiro y amanecía despejado, iríamos nuevamente al mirador de Sarangkot para fotografiar el Annapurna, las colinas del Himalaya, el Macha Puchre, o lo que se terciara, pero no fue así, amaneció mucho peor que el día anterior, lloviendo muchísimo y con unas nubes bajas que hacían imposible acometer otra marcha hasta el mirador, por tal motivo, poco más que contar de este día, viaje de vuelta a Katmandú, por cierto, viaje larguísimo de unas 6 horas de camino más un par de ellas más en el atasco que había en la capital nepalí. Solamente quedaba ir de compras por la tarde en el centro de la ciudad y al día siguiente, vuelo de vuelta a Madrid.

Sin duda, ha sido un viaje muy gratificante a un país realmente diferente. Muy recomendable no solamente por la naturaleza exuberante que alberga cualquier rincón de allí, si no también, por ese aspecto cultural que tiene Nepal, con un gran arraigo a su cultura budista. Ir a Nepal no os decepcionará.


Cruzando al otro lado de la ciudad
¡¡¡Cuidado, hay sanguijuelas!!!

Cima del Annapurna (8091 m.)
entre nubes


Buitre picofino
(Gyps tenuirostris)


Valles del pre-himalaya en Pokhara


LOS 5 VALIENTES DE LA EXPEDICIÓN
SANJIB

LAMSAL
IRIS
PEPA
QUIQUE
CRÓNICA
(Parte III)

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