Ecuador 2023 (II)

Del 13 al 27 de junio

CRÓNICA (Parte I)
CRÓNICA
(Parte II)
CRÓNICA (Parte IV)

Día 17 de junio

Termas de Papallacta y Parque Nacional de Cayambe Coca



P. N. Cayambe coca


Zorro andino


Río Loreto Papallacta


Cuando el despertador sonó a las 5:30 horas, en lo que primero pensé fue en la climatología: soñaba un día soleado y despejado. Sin embargo, rápidamente comprendí que en esta parte del mundo, tales deseos eran casi una quimera. Alex, mi guía, confirmó mis temores, señalándome que el buen tiempo rara vez se asomaba por aquí.

Al salir del hotel, me recibió una lluvia intensa, con una temperatura gélida de unos 5ºC y un viento implacable que me sacudía. A pesar del clima adverso, Alex y yo decidimos aventurarnos en el Parque Nacional Cayambe Coca en busca de aves únicas que difícilmente encontraría en otro lugar de Ecuador.

Nada más adentrarnos en el parque, nos sorprendió la aparición de un Zorro andino (Lycalopex culpaeus), que me permitió capturar algunas fotografías antes de desaparecer entre la densa vegetación. A pesar de las inclemencias del tiempo, también avistamos algunas aves como Colibrí de Herrán (Chalcostigma herrani), Atlapetes nuquipálido (Atlapetes pallidinucha), Tangara ventriescarlata (Anisognathus igniventris) y Metalura verde (Metallura williami), entre otros.

Pronto nos dimos cuenta de que continuar la búsqueda en esas condiciones sería infructuoso, así que decidimos regresar al hotel para desayunar y esperar a que el clima mejorara. Nuestro siguiente objetivo era explorar la zona conocida como "Las Antenas" en busca de la esquiva Agachona grande (Oreonympha nobilis).

Después del desayuno, llamé a Alex y nos aventuramos nuevamente hacia Las Antenas. Sin embargo, lo que nos esperaba en lo alto de las montañas era aún peor que por la mañana: a 4400 metros sobre el nivel del mar, nos enfrentamos a un clima hostil con fuertes vientos, lluvia intensa y temperaturas cercanas al punto de congelación. La búsqueda de la Agachona en esas condiciones resultaba prácticamente imposible, así que decidimos regresar al hotel para buscar aves en entornos más amigables.

Pasamos el tiempo hasta el almuerzo en la carretera vieja cerca del hotel, donde finalmente pude disfrutar un poco del día observando aves como Tangara lacrimosa (Anisognathus lacrymosus), Tangara pechifulva (Dubusia taeniata), Colibrí picoespada (Ensifera ensifera), etc.

Después del almuerzo, acordamos encontrarnos nuevamente con Alex alrededor de las 16:00 horas en el mismo lugar. Una vez más, fuimos recompensados con la aparición de nuevas especies, como Pinchaflor enmascarado (Diglossa cyanea), Pinchaflor negro (Diglossa humeralis), Conirrostro cinéreo (Conirostrum cinereum) y Conirrostro dorsiazul (Conirostrum sitticolor), entre otros.

De vuelta en el hotel, aproveché la oportunidad para relajarme con un baño en las termas, seguido de una cena reconfortante antes de retirarme a descansar, recordando las experiencias del día con gratitud y anticipando lo que el próximo día nos depararía en esta tierra de sorpresas infinitas.


Conirrostro dorsiazul


En la pisci con aguas termales


Colibrí picoespada



Día 18 de junio
Parque Nacional Cayambe Coca, Las Antenas y Guango lodge


Colibrí de Herrán

Iris en Guango lodge



Cotinga crestirrojo

Antes de que nuestro despertador sonara, un despertador natural nos sacudió de nuestro sueño: un temblor de tierra de 4,6 grados en la escala de Richter, seguido de tres réplicas, nos recordó la fuerza de la naturaleza que nos rodeaba. Aunque duró solo unos segundos, el crujido de nuestra cabaña nos hizo ponernos en alerta de una manera rápida, realmente no sabíamos en ese momento que había pasado

Este inesperado acontecimiento ocurrió alrededor de las 4:10 de la mañana, y aunque intenté volver a dormir, el shock del temblor me mantuvo despierto hasta las 5:30, momento en que finalmente sonó nuestro despertador. Nada más levantarnos, aún haciéndonos preguntas por lo sucedido, las chicas se fueron preparando para ir a un SPA que había en este maravilloso complejo de las Termas de Papallacta, mientras yo me preparaba para otra jornada de exploración con Alex.

Afortunadamente, el cielo parecía más prometedor esa mañana, así que decidimos repetir nuestra visita al Parque Nacional Cayambe Coca en busca de especies de montaña. A pesar de que algunas se nos escaparon, tuve la suerte de avistar de nuevo el precioso Colibrí de Herrán (Chalcostigma herrani), además del Piojito gargantilla (Mecocerculus leucophrys), Cotinga crestirroja (Ampelion rubrocristatus) y Colibrí aliazul (Pterophanes cyanopterus) entre otros.

Regresamos al hotel alrededor de las 9:00 para disfrutar de un reconfortante desayuno antes de partir nuevamente hacia Las Antenas. Después de más de una hora y media de búsqueda, la escurridiza Agachona volvió a evadirnos, aunque tuvimos la oportunidad de observar otras especies como la Remolinera común septentrional (Cinclodes albidiventris) y el Colibrí de Stanley (Chalcostigma stanleyi).

Alrededor de las 12:30, regresamos al hotel para preparar nuestras maletas, ya que debíamos hacer el check-out a la 13:00 horas. Era momento de cambiar de zona y de alojamiento, así que nos dirigimos hacia el Río Quijos Ecolodge, aproximadamente a una hora y media de Papallacta.

En el camino, hicimos una parada en Guango Lodge, un paraíso para observar aves donde tuvimos la suerte de ver el Pato torrentero (Merganetta armata) y varias especies de colibríes, como el Colibrí pechirrojo (Boissonneaua matthewsii) y el Colibrí de Mulsant (Chaetocercus mulsant), entre otros.

Llegamos al Río Quijos alrededor de las 18:30, donde dejamos nuestro equipaje en la habitación antes de disfrutar de una cena reconfortante en el restaurante del lodge. Con la mente llena de emocionantes avistamientos y la promesa de nuevas aventuras por delante, nos retiramos a descansar, listos para lo que el mañana nos deparara en este maravilloso viaje por las tierras ecuatorianas.


Colibrí colihábano


Colibrí de Stanley


Colibrí dew Mulsant


Día 19 de junio
Sendero Jumandy y Reserva Wayra


Chara turquesa

Iris y Pepa en sendero Jumandy



Zopilote negro

El sonido del despertador a las 5:30 de la mañana marcó el inicio de otro día emocionante en nuestro viaje. Aunque esta vez tuvimos que dormir en cabañas separadas, que estaban tan cerca una de otra que se podía oir claramente el despertador de la otra habitación.

Nuestro destino para el día era el Sendero Jumandy, ubicado a unos 50 km de Río Quijos. Con el desayuno preparado para llevar, nos apresuramos a tomar un rápido café antes de emprender el camino.

Al llegar al sendero, nos esperaban aves como Cacique montano (Cacicus chrysonotus), Chara turquesa (Cyanolyca turcosa) o Tangara montana (Buthraupis montana), entre otros. Comenzamos la caminata de unos 3 km en busca del Peruvian antpitta (Grallaricula peruviana), una especie que esperábamos avistar en este punto del camino.

Sin embargo, el camino se tornó más difícil de lo esperado: las piedras resbaladizas y las zonas embarradas dificultaban nuestro avance. A lo largo del sendero, nos encontramos con sorpresas como Tucán piquinegro (Andigena nigrirostris), Mosquero hermoso (Nephelomyas pulcher) y Picamaderos poderoso (Campephilus pollens), entre otros.

Después de más de 3 horas de caminata, llegamos al punto donde esperábamos avistar al Peruvian antpitta. A pesar de los esfuerzos de Alex por llamar al ave con su reclamo, pasaron 40 minutos sin éxito. Decidimos entonces regresar al coche y cambiar nuestros planes.


Birro común


Reserva Wayra


Colibrí pardo

El siguiente destino era la Reserva Wayra, en la alta amazonía, pero antes de llegar, Alex nos sorprendió con la oportunidad de buscar al Birro común (Hirundinea ferruginea), una especie que probablemente no tendríamos otra oportunidad de ver. Con entusiasmo, nos dirigimos hacia este nuevo punto.

En medio del camino y sobre unos cortados de piedra, finalmente avistamos al hermoso Birro común, que nos permitió capturar numerosas fotografías antes de continuar nuestro viaje hacia la Reserva Wayra, con la satisfacción de haber vivido otro emocionante encuentro con la naturaleza ecuatoriana.

Concluida nuestra búsqueda y fotografía del Birro común, finalmente nos dirigimos a la Reserva Wayra, un hermoso lugar que nos recibió con los brazos abiertos. La amable propietaria nos guió por la reserva, mostrándonos los encantos del lugar y colocando bananas y semillas en los comederos dispersos por todo el territorio.

En la parte alta de la reserva, tuvimos la oportunidad de fotografiar varias especies de Tangara, como la preciosa Tangara urraca (Cissopis leverianus), Tangara palmera (Thraupis palmarum), Tangara picoplata (Ramphocelus carbo), así como diferentes tipos de colibríes que revoloteaban entre las flores, como Amazilia listada (Chionomesa fimbriata) , Zafiro colidorado (Chrysuronia oenone), Colibrí pardo (Colibri delphinae), etc.

A medida que el día llegaba a su fin, le mencioné a Alex mi deseo de regresar a la Reserva Wayra al día siguiente, ya que percibía que el lugar ofrecía innumerables posibilidades de avistamiento y fotografía de aves.

Regresamos a Río Quijos ecolodge después de disfrutar de otro vibrantee día en lugares muy interensantes, y después de una merecida ducha, nos fuimos a cenar y, finalmente, nos retiramos a descansar.


Tangara urraca


Con Alex buscando pájaros


Amazilia listada


Día 20 de junio
Reserva Wayra y viaje a Quito

Tamarín de dorso negro

Iris en Wayra lodge


Amazilia gorjirroja

El día comienza temprano cuando salimos a las 6:20 de Río Quijos ecolodge con nuestro desayuno empacado, rumbo a la Reserva Wayra para otra jornada de emocionante observación de aves. A las 7:45, después de una hora y media de viaje, llegamos a la reserva, donde la cálida bienvenida de la dueña nos llena de entusiasmo para explorar las maravillas de este lugar.

En un primer vistazo al área, quedamos maravillados al ver los pequeños monos Tamarindo de dorso negro (Saguinus nigricollis graellsi) disfrutando de su desayuno a base de plátanos y semillas que les había puesto la señora de la reserva, seguidos por una variedad de aves, incluyendo Tangara del paraíso (Tangara chilensis), Dacnis azul (Dacnis cayana), Tangara negra (Tachyphonus rufus), Tangara dorada (Tangara arthus), Eufonia ventrinaranja (Euphonia xanthogaster), Zorzal piquinegro (Turdus ignobilis), Soldadito crestirrojo (Coryphospingus cucullatus), Fiofío piquicorto (Elaenia parvirostris), y muchos más. Nuestra atención se desvía cuando la señora de la reserva nos informa sobre la presencia de una hembra de Amazilia gorjirroja (Hylocharis sapphirina) perchada en una rama en las cercanías, una emocionante sorpresa incluso para Alex, ya que es bimbo para él.

De vuelta a los comederos, nos enteramos de la llegada de un grupo de Corcovado pechirrufo (Odontophorus speciosus), pero lamentablemente solo podemos verlos ocultos entre la vegetación, aunque alguna foto puedo conseguir. Decidimos regresar a Río Quijos alrededor de las 11:10, donde pasamos el resto de la mañana avistando especies como Mirlo acuático coroniblanco (Cinclus leucocephalus), Pato torrentero (Merganetta armata), Momoto serrano (Momotus aequatorialis), etc.


Tangara del paraíso


Almorzando en Río Quijos ecolodge


Soldadito crestirrojo

Tras una deliciosa comida y una rápida llamada a la familia en el propio comedor de Río Quijos ecolodge, hacemos nuestras maletas y nos aventuramos en una última caminata por los alrededores. Durante esta última exploración, observamos una variedad de aves, incluyendo Chingolo cejigüaldo (Ammdramus aurifrons), Tirano melancólico (Tyrannus melancholicus), Golondrina barranquera (Pygochelidon cyanoleuca), Carpintero moteado (Colaptes punctigula), y Curutié cejigrís (Cranioleuca curtata). Para culminar el día, Alex escucha el canto de un Churrín colilargo (Scytalopus micropterus), y después de una búsqueda paciente, logramos avistarlo y fotografiarlo, una hazaña que pocas veces se logra con estas esquivas aves.

Con el día bien avanzado, emprendemos nuestro viaje hacia Quito, pero en este fascinante país, no sabes en qué momento va a venir una sorpresa, y esta llegó en la carretera, cuando en mitad de la vía nos encontramos una Tarántula.

No dudamos en parar, lo primero para retirarla de la carretera y que no sea atropellada, y luego para tomarla alguna foto. Terminado este encuentro con el arácnido, proseguimos el viaje llegando a nuestro destino, el Hotel Zaysant, bajo la oscuridad de la noche. y después de que nos den las llaves de la habitación, una buena cena en el restaurante, ducha y a dormir.


Pato torrentero

Hábitat del Pato torrentero


Tarántula


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